Mientras la crisis económica azota Sevilla, la derecha institucional y ultra alienta el racismo en las calles y el rechazo al otro. Pero la ciudadanía de Sevilla responde con alternativas, organización y denuncia hacia esas prácticas.
El 21 de marzo se conmemora en todo el mundo el Día Internacional contra el Racismo y la Xenofobia. Ese mismo día, hace 43 años, morían 69 personas negras luchando contra el Apartheid. Aunque las sociedades llamadas democráticas y civilizadas se jactan en sus discursos públicos de que esas situaciones son cosa del pasado y que vivimos en un mundo de tolerancia, cada año, cada día, hay un motivo para no olvidar y para seguir trabajando por la igualdad en dignidad y derechos.
Crisis económica y aumento del odio al extranjero van de la mano. Ya han saltado las alarmas ante el auge de movimientos racistas organizados en los países que están padeciendo el crack europeo. El ejemplo más obvio es Amanecer Dorado en Grecia. Son años de recortes, paro y drama social en el país heleno y necesitan un culpable, a ser posible más débil y al que poder agredir. Su discurso fascista se ha afianzado con fuerza en la clase obrera donde, bajo el lema “sólo para griegos”, se crean patrullas callejeras que “limpian” mercados y destruyen campamentos con total impunidad.
Pero en plena época de recortes, el Gobierno de España destina 50 millones de euros a la frontera con Marruecos según denuncia la APDH en su Informe Derechos Humanos en la Frontera Sur 2013. En este informe se recogen datos sobre los flujos migratorios, donde se puede ver que casi 7.000 personas han cruzado el Estrecho de Gibraltar (sin contar el 20-30 por ciento que según la APDH entran sin ser detectados). Ni gobiernos socialistas ni populares se han desmarcado de esta política fronteriza causante de 225 muertes, una cifra que va en aumento desde 2010.
En DIAGONAL Andalucía hemos querido aprovechar este día conmemorativo para hacerle una radiografía a la ciudad de Sevilla. En los últimos años, la capital ha vivido acontecimientos que los sectores de la derecha más extrema (disfrazados de plataformas ciudadanas), medios de comunicación conservadores y poder político han aprovechado para acercar su discurso a un amplio sector de sevillanos de clase media. Primero fueron las movilizaciones contra la construcción de una mezquita y luego la destrucción de un asentamiento de gitanos rumanos. La idea de “inmigrante=terrorista=delincuente=maleante” ha calado como la lluvia fina y constante. En tres años, y casi sin darnos cuenta, en el barrio de la Macarena hablan de “recuperar las calles con patrullas”.
Pero sobre todo, DIAGONAL Andalucía quiere hacer hincapié en las alternativas, en las propuestas de organización y en las redes que se posicionan en la otra orilla, la de la tolerancia, la solidaridad y la multiculturalidad. Hemos hablado con médicos que contradicen la ley del Estado de no asistir a personas sin papeles, artistas que usan la música como elemento ancestral de unión entre las razas y trabajadoras del hogar que han perdido el miedo a luchar.
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