Familias desahuciadas, con la solidaridad del vecindario y colectivos jienenenses, han dado vida a la Acampada Esperanza. Ante la Delegación provincial de Vivienda, en el Paseo de Santa María del Valle, exigen soluciones habitacionales.

Desde hace más de una semana acampan a las puertas de la Delegación de Vivienda de la Junta de Andalucía de Jaén varias familias desahuciadas o al borde de serlo, en la nombrada Acampada Esperanza. No están solas, les acompaña la PAH de Jaén. También decenas de personas ya han pasado alguna noche allí, más familias afectadas se han unido a la acampada y cientos de personas han asistido a las asambleas que se realizan diariamente a las seis de la tarde o a la comida solidaria del pasado 15 de marzo.
El nacimiento de la esperanza fue espontáneo, fruto de la extrema necesidad y de la falta de respuesta desde el poder político. El lunes 9 de marzo la familia de Cristian y Mari Carmen fue desahuciada y, sin pensarlo, se dirigieron directamente a la Delegación de Vivienda junto con más personas afectadas, donde iniciaron un encierro hasta que no fueran recibidos por el titular provincial, Rafael Valdivieso, y éste les diera una solución.
Valdivieso apareció esa misma tarde pero la solución no. Su argumento, el de siempre: “la Junta no tiene pisos en la ciudad, los tiene el Ayuntamiento”. Exactamente lo mismo que dice el Ayuntamiento, pero cambiando el orden de las administraciones en la frase. Las familias exigieron una reunión a tres bandas entre Ayuntamiento, Junta y afectadas, sin embargo, ha sido imposible juntarlos para encontrar una solución real.
El día 15 de marzo, el obispo de Jaén llamaba a la PAH y se mostraba dispuesto a reunirse con las familias y a interceder ante el poder político. En menos de una semana, se han recogido más de 3.000 firmas para declarar a Jaén libre de desahucios. El pequeño comercio del barrio del Polígono del Valle ofrece comida y agua a la acampada; la asociación de cortadores de jamón colaboró en la comida del domingo día 15; la olla comunitaria del Polígono también se ha puesto a disposición de la Esperanza. La solidaridad se ha puesto en marcha y se ha hecho visible en una ciudad que parecía dominada por “la mayoría silenciosa”.
Jaén es una ciudad periférica de una zona periférica de Europa. La "recuperación" de la que tanto hablan no ha llegado aquí ni en cifras macroeconómicas. Es de las pocas provincias del Estado en las que el paro ha seguido creciendo. Los procesos que se dan en la periferia siempre son más dificultosos e invisibles que los que suceden en los centros, pero si se consolidan es complicado echarlos abajo.
La Acampada Esperanza ha recogido de manera espontánea lo mejor del 15M, el movimiento asociacionista vecinal que lleva décadas partiéndose la cara en el Polígono del Valle, la capacidad creadora de espacios sociales de la ciudad como el CSA Jaén en Pie, la combatividad del sindicalismo alternativo y la fuerza de quien lo ha perdido todo y al que solo le queda reinventarse y reinventar junto a los suyos un mundo que nos pertenece y que nos han robado.
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