Esta mañana, una petición de tan sólo 48 vecinos del Distrito Casco Antiguo de Sevilla, que cuenta con más de 60.000 habitantes, hecha efectiva por la Gerencia municipal de Urbanismo, ha arrasado con los bancos que constituían una de las señas de identidad de la Plaza del Pelícano.

Anoche, la Plaza del Pelicano ofrecía su aspecto habitual, salpicado de conversaciones nacidas entre el vecindario en algunos de sus bancos, como uno de los pocos ágoras de encuentros cotidianos que sobreviven en el centro de Sevilla. A esta hora, entrada la tarde de hoy miércoles 26 de febrero, el balance de la intervención de la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento es el una plaza en la que han desaparecido todos sus bancos y en torno a seis personas identificadas por la policía en su intento de evitarlo.
A las doce de la mañana, dos operarios de la constructora Sando, subcontrata municipal, habían quitado ya dos de los cinco bancos que existían en la Plaza del Pelícano, en el centro de Sevilla. "¿Pero vais a poner otros bancos nuevos?", preguntaban algunas personas que asomándose a la plaza para otros quehaceres quedaban sorprendidas con esta estampa inédita. Conforme taladraban el suelo y los arrancaban, volvían a colocar las losetas. "Esto lo manda la Gerencia de Urbanismo", contestaban los operarios. Claro que no iban a volver a reponerse.
Diagonal ha contactado con la Gerencia para conocer los motivos de esta decisión. La primera persona en atendernos, identificada como Isabel, señala que "esta petición nos viene del Distrito Casco Antiguo", a raíz de la queja de "unos vecinos de la zona que dicen que ese mobiliario urbano tiene un uso indebido". Le preguntamos el recorrido burocrático necesario para hacer efectiva una orden de este tipo. Entonces nos atiende otra persona de la Gerencia, identificada como "un administrativo de la vía pública", que detalla los "motivos vecinales" alegados: "se sientan en los bancos chavales, fuman porros". Y nos vuelve a remitir al Distrito Casco Antiguo, con el que ha sido imposible contactar hasta el momento. Pero otra fuente, vecinal en este caso, y contraria a la retirada de los bancos, informa de que esta drástica medida se ha aprobado por la petición de 48 personas.
Conforme avanzaba la mañana, se iba aglutinando más gente en la Plaza del Pelícano, intentando impedir que la despojaran de una de sus señas de identidad. La tensión se ha saldado con la identificación de seis personas y una pregunta colectiva: ¿Cómo es posible que en un Distrito que, según el propio censo municipal, cuenta con un vecindario de 60.078 habitantes, tan sólo 48 personas tengan el poder para decidir que una plaza pública se quede sin bancos?
comentarios
10