TRES DÉCADAS DE LA AUSENTE PRESENCIA DE JESÚS DE LA ROSA.
Recuerdos de un hijo del agobio

El 14 de octubre se conmemoraron 30 años de la muerte de Jesús de la Rosa, compositor, vocalista, teclado y alma del la banda de rock andaluz Triana.

, Redacción Andalucía
15/10/13 · 11:53

No son pocas las ocasiones en las que conexiones perversas de los sucesos que acaecen en nuestras vidas parecen recordarnos que tenemos un destino escrito, en unas páginas indelebles de la historia y del tiempo, al cuál no podemos renunciar. Pareciera que, de una manera sutil, la vida nos avisa de antemano de aquellos hechos que pueden acontecer, y que una conciencia invisible teje una telaraña de vínculos inexplicables, para recordarnos que somos inmortales. Y si los hechos tienen que ver con alguna voz prolífica y genuina del rock y de la música, estas protervas casualidades no sólo se dan sino que además se sienten como necesarias para poder crear el mito y consagrar su muerte.

En 1983 la banda sevillana Triana publicaba su último disco de estudio Llegó el día, una obra irregular, resultado de una época más intimista y menos progresiva de la banda, probablemente alucinada por su éxito en todo el territorio estatal. Como si de un mal sueño se tratara, la tarde del 13 de octubre de ese mismo año, un Citroen BX colisionaba con una furgoneta a la altura de la localidad burgalesa de Villariezo en la carretera de San Sebastián a Madrid. El copiloto del viaje, Javier Osma, resultaba herido sin demasiada gravedad mientras que el conductor era hospitalizado por graves contusiones en el cráneo, provocadas por los teclados que los viajeros portaban en la parte trasera del vehículo. A pesar de entrar a pie en “las trescientas camas”, nombre popular de la residencia sanitaria General Yagüe de Burgos, en la madrugada del 14 de octubre de 1983, tras varias operaciones, le llegaba el día a Jesús de la Rosa, compositor y voz del grupo Triana, significando el fin creativo de la banda. Le llegó el día a Jesús y a la banda por los golpes que su propio instrumento le propiciaba.

Rock con estilo sureño

El joven Jesús, tras unos años de composición en un grupo local con poco éxito, se vio perdido por las calles tratando de buscarse la vida en Madrid con el grupo de pop madrileño Los Bravos,  aunque una vez más, de castellanas maneras, se rechazaba una voz y una genialidad andaluza por parecer “demasiado aflamencada”. Bien mirado, gracias a ese rechazo comenzó a mezclarse con el ambiente musical creativo y entusiasta de la Sevilla de finales de la Dictadura. El abandono del bajista Carlos Attias (bajista de Miguel Ríos) de la banda Tabaca, el proyecto larvario de Triana, hizo que de la Rosa entrara en esta banda ocupando su lugar en plena promoción del primer disco grabado en CBS en Londres. La escasa orientación del grupo y las exigencias de la compañía para que realizaran trabajos más comerciales y dirigidos a componer canciones del verano, tuvo como consecuencia la disolución del mismo. Tras la ruptura, Jesús de la Rosa y Eduardo Rodríguez se suman a J.J. Palacios "Tele",  y en un primer momento, a Lole Montoya y Manuel Molina fundando la mítica Triana, probablemente en una calle de Sevilla. Los dos últimos abandonaron el grupo para consolidarse como dúo, mientras que Triana comienza a componer, consolidando el rock andaluz con la llegada al grupo de Teddy Bautista y Gonzalo García Pelayo, al sacar a la luz El patio, su primer disco, que contó con un gran éxito sin una promoción excesiva.

El objetivo primordial de la banda era el de fusionar el estilo del rock progresivo, inspirado en otros grupos como Pink Floyd o Caravan, con las raíces musicales de los componentes: el flamenco. Bajo el panorama social y político de sombra y luz de la transición, el grupo fue capaz de consolidarse como un referente pionero en un rock con raíz sureña, a la vez que abre la puerta a estilos musicales foráneos que se mezclaban con los ritmos y las voces aflamencadas. Con el paso del tiempo fueron combinando otros estilos musicales como el jazz, donde señalan algunos críticos que, pasados los 80, comenzaron a realizar un trabajo más oscuro. Sin embargo, es de reconocer que es algo tan maravilloso que la tendencia aperturista de la época sirviera para que la banda se politizara y consiguiera cantarle a La Libertad, dando la posibilidad de que el grupo se convirtiera en un sentimiento de amor y esperanza para el pueblo andaluz.

Con la muerte de aquella genuina voz, moría también el grupo. Hace 30 años, regresando de un concierto benéfico en el País Vasco por los damnificados de unas inundaciones, nos abandonaba el cuerpo del poeta de la calle Feria. Como reconocía Rodríguez, uno de sus compañeros, en una entrevista "Nos deja totalmente huérfanos de hermano y huérfanos de ideas, huérfanos de música. Un golpe un poco cruel". Los ‘nietos del agobio’ sureños estamos ahora transitando por el camino hacia nuevas rutas que parecen de destino inevitable; es bueno recordar lo que hemos sido, a la espera de ver desaparecer con el viento viejas costumbres y despertar con un aroma fresco sin que se repita ningún mal sueño. 

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