HERSTORY, LA HISTORIA DESDE LAS MUJERES
Adela Montesinos, un siglo después
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Imagen: PACOGARABATO.

"La nota emotiva del evento
la dio José Domingo Montesinos,
quien acudió
acompañado por su hermana
Adela y, junto a Guillermo Mercado,
declamó poemas a los
trabajadores”.
Así presentaron a Adela Montesinos

01/11/10 · 23:06
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Imagen: PACOGARABATO.

"La nota emotiva del evento
la dio José Domingo Montesinos,
quien acudió
acompañado por su hermana
Adela y, junto a Guillermo Mercado,
declamó poemas a los
trabajadores”.
Así presentaron a Adela Montesinos
sus compañeros en 1929,
cuando ella no fue la ‘hermana
de’ sino una del reducido grupo
de personas que fundó el Partido
Comunista de Arequipa
.

Nacida en Lima en 1910 y perteneciente
a una acomodada familia
de Arequipa, su actividad
intelectual partió de su espíritu
autodidacta ya que en el segundo
curso fue expulsada.

A los 19 años comenzó su peripecia
periodística en el diario
Noticias de Arequipa. Con el
pseudónimo de Alma Moreva
escribe artículos en los que sostenía
la necesidad de autonomía
económica y emocional de las
mujeres; denunciaba la discriminación
a las madres solteras y
defendía la familia horizontal.

En Lima se casó con un dirigente
comunista, al que acompañó en
su destierro a Chile. Allí aprovechó
la oportunidad de adherirse
al Movimiento por la Emancipación
de la Mujer
con el fin de
unificar a las mujeres y escribió
numerosos artículos con otro
pseudónimo (Fernanda Martínez).
A su vez, trabajaba como
obrera en una fábrica y corregía
una revista.

De vuelta a Perú, ya viuda, puso
al servicio de Acción Femenina
toda su experiencia de lucha
emancipadora en Chile y siguió
escribiendo artículos, esta vez
centrada en la visión de una
nueva forma de maternidad y
realizando una vigorosa denuncia
la desigualdad que existía
entre la descendencia legítima e
ilegítima.

Su nuevo marido la acercó a las
comunidades campesinas que la
reafirmarían en sus objetivos.
Realizó trabajos de campo,
como matrona y como médica
para mantenerse a sí misma, a
sus dos hijos y a su hija.
Mientras,
se mantenía informada por
radio de los acontecimientos
bélicos de Europa, gracias a la
batería de un camión que le servía
como generador.

De nuevo en Lima, colaboró en
la Radio Nacional hasta que sus
pulmones dejan de oxigenar el
feminismo de Adela, en palabras
de su hija Dunia, “ideológico,
militante y revolucionario”.

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