MEMORIA // UN AÑO SIN ESTE CENTRO SOCIAL BERLINÉS
1.500 ‘zombies’ rememoran el fin de Liebig 14

La gentrificación de Berlín terminó con un centro social emblemático, lo que provocó un día de disturbios.

Texto de Javier Gil, Berlín

14/03/12 · 7:50
Edición impresa
JPG - 49.9 KB
 
Fachada de Liebig 14 antes del desalojo. Foto: Medien AG Anarchistische Gruppe Freiburg

Tras la caída del Muro de Berlín el
barrio de Friedrichshain se convirtió
en punto de referencia del movimiento
okupa, que se apropió de
unos 50 edificios en apenas cuatro
meses. A golpe de molotov las okupas
se ganaron el reconocimiento del
sistema político municipal, consiguiendo
la legalización de la mayoría
de sus espacios. Hoy, 20 años más
tarde, la gentrificación de la ciudad
pone en peligro aquellos lugares.

En 2009, el proceso judicial contra
Liebig, 14 sentenció el abandono inmediato
del edificio. El proyecto, basado
principalmente en la convivencia
colectiva, incumplió la orden iniciando
a su vez una amplia campaña
de protesta con el objetivo de mantener
el espacio. La ‘hausprojekte’ situó
el conflicto en un primer plano
de las luchas contra la gentrificación.
La campaña cobró múltiples formas
a lo largo del tiempo, desde creativas movilizaciones
hasta acciones
simbólicas en el espacio público, pasando
por acciones directas típicas
del movimiento autónomo. El punto
de inflexión llegó a través de la creación
de una mesa de negociación
para la que todas las partes pudieran
llegar a un acuerdo. El propietario
del edificio fue el gran ausente.

Todos los invitados de la mesa –incluidos
el alcalde de Friedrichshain
y algunos representantes de la izquierda
parlamentaria– llegaron a
la misma conclusión: es una lástima
que Berlín pierda un espacio
como Liebig pero no se puede hacer
nada para evitarlo.
Unos meses más tarde, a principios
del 2011, la 14 de la calle Liebig
recibió la notificación por la que el 2
de febrero la casa sería desalojada.
La inteligencia estratégica que había
mostrado el colectivo parecía no haber
detenido el desalojo, aunque sí
logró que el conflicto trascendiese
a la opinión pública, estableciendo a
su vez fuertes alianzas de apoyo y solidaridad
con grupos de activistas
que no tardaron en movilizarse.
Mientras Berlín se preparaba para
el acontecimiento, las acciones
de respuesta ya estaban en marcha.
Grupos anónimos atacaron edificios
estatales en Berlín, Hamburgo
y Leipzig causando grandes daños,
mientras que las muestras de apoyo
se extenderían por todo Alemania,
Copenhague o Londres. El 2 de febrero
de 2011, 3.900 antidisturbios,
dos helicópteros, camiones de agua,
y las más sofisticadas técnicas de
represión urbana propias de la policía
alemana efectuaron el desalojo,
en un dispositivo que costó 1,6 millones
de euros. Tras seis horas, el
edificio –eficazmente barricado–
fue tomado por la policía y las nueve
personas que se encontraban en
su interior fueron detenidas.

“Scherbendemo”

El concepto de “Scherbendemo” es
utilizado por el movimiento autónomo
alemán para referirse a aquellas
manifestaciones cuyo objetivo es
dar rienda suelta a la rabia a través
de la destrucción de propiedad privada.
Horas después del desalojo,
la manifestación solidaria con Liebig
fue disuelta por la policía. 3.000 personas
se distribuyeron en pequeños
grupos de afinidad que actuaron según
el precepto de “acción-dispersión-
reagrupación-acción”.

Los conflictos se extendieron desde
el barrio de Friedrichshain a todo
Berlín. Sucursales bancarias, cadenas
de supermercados, McDonalds,
edificios gubernamentales, e incluso
el O2World, símbolo del capitalismo
a escasos metros de lo que
fue el muro, fueron atacados. El resultado
fue de más de un millón de
euros en destrozos y 80 personas
detenidas.

En un intento de enterrar para
siempre el pasado conflictivo del
edificio, el propietario se apresuró
a reformar todas las viviendas,
cambiando incluso la entrada del
edificio a la calle Rigaer 96 y borrando
del catastro berlinés el número
14 de la calle Liebig. Un año
después del desalojo, los muertos
resucitaron en Berlín bajo el lema
Liebig 14: Never Rest in Peace.
Performances, comedores, talleres,
charlas y conciertos reavivaron una
vez más la imagen de la hausprojekte.
Las jornadas finalizaron con una
manifestación en la que 1.500 zombies
recorrieron un barrio de
Friedrichshain sitiado por la policía,
la cual, en un acto de fuerza, impidió
que finalizase su trayecto.

+A Agrandar texto
+A Disminuir texto
Licencia

comentarios

0

Fachada de Liebig 14 antes del desalojo. Foto: Medien AG Anarchistische Gruppe Freiburg
separador

Tienda El Salto