Filtrala.org está operativa desde el 23 de abril
Deposite usted sus informes secretos aquí

Un grupo de activistas pone en marcha una herramienta que facilita el envío anónimo de documentos. DIAGONAL colaborará junto con otros medios en el análisis y difusión de información.

23/04/14 · 10:40

‘Whistleblower’. Literalmente, una persona que hace sonar un silbato. En la tradición anglosajona, quien revela que se está cometiendo un delito mediante el destape de información confidencial. La idea tras Filtra.la, proyecto de la organización Associated Whistleblowing Press (AWP), es que sea mucho más fácil hacer sonar silbatos: que cualquier persona que disponga de un ordenador conectado a internet pueda enviar documentos para que sean publicados sin miedo a represalias.

Se trata de una plataforma web (filtrala.org) que funciona con la tecnología Globaleaks, un software de código abierto creado para enviar y recibir ficheros de manera anónima que la fundación italiana protransparencia Hermes desarrolla desde diciembre de 2010, al calor del escándalo de los cables diplomáticos de Wikileaks, con la esperanza de que se pudiera replicar fácilmente. Para enviar datos es obligatorio utilizar el navegador Tor, que contribuye a que su procedencia sea anónima a través de una red de servidores intermediarios (proxies), y el sistema de encriptación PGP, que los cifra para evitar su interceptación.

“Si la conjunción de ambas tecnologías se usa correctamente, es imposible que sepamos el origen del envío”, aseguran desde AWP. Ni siquiera quienes administran los servidores, que mantienen la cadena de custodia de la privacidad hasta el final: se encargarán de borrar cualquier pista que algún usuario incauto o inexperto pueda haber dejado en sus archivos (los metadatos que permitirían rastrear su orirgen) antes de publicarlos en internet. Además, han facilitado formación a periodistas de su red de apoyo para garantizar también el anonimato de quienes analizan y verifican lo recibido. Y también han procurado tener las leyes de su lado: “Nuestra sede está en Bélgica porque cuenta con las más avanzadas protecciones legales para periodistas y sus fuentes”, explican.

La inspiración de Islandia

Detrás de Filtra.la hay un colectivo de personas con perfil técnico, pero también muy conscientes del papel que la información está jugando en los procesos políticos de los últimos años. Algunas de ellas habían participado en Wikileaks y luego en las redes hacktivistas que confluyeron en 2011 en el 15M y en Occupy. Quieren superar las limitaciones de la experiencia del ‘cablegate’: el protagonismo eclipsante de Julien Assange y que fuera un grupo de periódicos corporativos muy reducido quienes difundieron la información, medios que pudieron controlar los tiempos y alcances a golpe de exclusivas. “Lo que hemos ido aprendiendo estos años es que se debe descentralizar la iniciativa de filtrado lo más posible”, dicen.

Han puesto en marcha un buzón genérico para recoger documentos de todo el mundo (dropbox.awp.is), pero su apuesta va por otro lado: “Buscamos fomentar la creación de nodos en distintos países, que funcionen con periodistas, activistas, abogados y ciudadanos locales. Al final, si aparece una filtración que afecta mucho a un grupo pequeño, es más probable que tomen acción que si afecta de forma dispersa a un grupo grande”.

Su primer nodo territorial fue lanzado en diciembre de 2012 en Islandia: Ljost.is, que contó con el aval de personas reconocidas en ámbitos hackers y periodísticos y de la diputada del Parlamento islandés Birgitta Jonsdottir, investigada por el Departamento de Justicia norteamericano por su colaboración con Chelsea Manning y Wikileaks. La información que ha sacado a la luz ha llegado a los principales medios de comunicación y al debate político. Por ejemplo, en diciembre de 2013, Ljost.is publicó los ‘archivos Glitnir’, que identificaban a los principales prestatarios y accionistas del banco Glitnir, rescatado por el Gobierno islandés en 2008, y a otros personajes clave en el colapso financiero del país en ese año.

Un proyecto colaborativo

La iniciativa de AWP no es, ni mucho menos, la única que anhela que la máxima hacker de “la información quiere ser libre” vuelva a conseguir la trascendencia de Wikileaks. En leakdirectory.org puede consultarse un amplio abanico de webs similares. Pero los responsables de AWP tienen claro que no basta con publicar en internet grandes cantidades de datos. Por ello, han desarrollado dos estrategias para transformarlos en información relevante y que no pase desapercibida: primero, se comprometen a seleccionarla exhaustivamente y no publicarán rumores, opiniones o informaciones que no sean novedosas; segundo, quieren aliados.

Antes de lanzar Filtra.la, AWP ha estado más de un año buscando colaboración y se presenta en el Estado español con una red que se encargará de lo que excede al puro mantenimiento técnico de la herramienta (que pretende subsistir gracias a donaciones). Los medios de comunicación La Marea, Eldiario.es, Revista Mongolia y DIAGONAL examinarán la información recibida para contribuir a la parte más periodística: verificación, contextualización, análisis y seguimiento de las noticias que se puedan generar. Pero, además de difundir, explorarán otras vías para aumentar el impacto político e institucional.

Ahí es donde entra la Comisión Anticorrupción del Partido X, con la experiencia de Hervé Falciani, el extrabajador de la filial suiza del banco HSBC que posee datos de 130.000 evasores fiscales, y que también contribuyó a la filtración de correos electrónicos incriminatorios de Miguel Blesa, expresidente de Caja Madrid. Filtra.la podría darle acceso a datos con los que complementar su colaboración con la Justicia y su proyecto de monitorización de las transacciones financieras. Además, están contactando con organizaciones que se dedican a fomentar la transparencia y a auditar instituciones públicas y privadas, a las que ofrecen acceso directo a los datos recibidos para que asesoren sobre su veracidad, relevancia y posible utilidad.

No obstante, antes de enviar cualquier documento, el usuario puede elegir con cuáles de los agentes de la red quiere compartirlos. Porque, como recuerda el eslogan de Filtra.la, “la información es un derecho humano” y hacen falta herramientas para que la sociedad civil pueda ejercerlo.

Tags relacionados: periodismo Wikileaks
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comentarios

1

  • |
    Cranca
    |
    23/04/2014 - 11:58pm
    ¡Ole, ole y ole! En mi opinión este es el camino que hay que trabajar; crear herramientas que nos empoderen.
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