“Vamos a pedir que se paralice la investigación judicial respecto a estos chicos y que se investigue lo que hay que investigar, que es la actuación de esa persona que está provocando el temor entre la población para que se renuncie al ejercicio de nuestros derechos fundamentales”, afirma Jesús Díaz Formoso, uno de los tres abogados que asistieron a los 15 detenidos el jueves 25 en la convocatoria Asedia el Congreso. Los 15 ya han sido puestos en libertad con cargos de desórdenes públicos, atentado a la autoridad y daños y lesiones. El abogado se refiere al trato dispensado por el cuerpo policial a los detenidos: “Han sido agredidos brutalmente, a uno de ellos le han pegado esposado y en la furgoneta; también hay un menor que ha sido agredido en la comisaría de Sol. Hemos pedido al ministerio fiscal que incoe actuaciones judiciales contra los que agredieron a estos chicos”.

La convocatoria de la plataforma En Pie del 25 de abril fue secundada por varios miles de personas y casi el mismo número de policías. En total, la Delegación de Gobierno organizó un despliegue policial compuesto por 1.400 antidisturbios provenientes de todo el Estado, un despliegue mayor que el de la huelga general del 14 de noviembre y el de la convocatoria de Rodea el Congreso celebrada seis meses antes. La policía instaló controles de acceso en las inmediaciones de Neptuno, en los que se registraron mochilas y se produjeron cuatro detenciones.

“Vinieron y me tiraron al suelo, me pisotearon la cara con la rodilla y me decían que era un mierda”, explica uno de los detenidos, quien afirma que cuatro policías le confundieron con otro que había estado tirando piedras. “Yo no he tirado ninguna piedra”, añade. “A nosotros nos detuvieron diez policías de paisano, encapuchados y con pasamontañas. No nos resistimos”, relata otro de los detenidos durante la convocatoria, que señala que aun así les pusieron contra la pared y les acusaron de pegar un puñetazo a uno de los policías. “Se han puesto todos de acuerdo, y uno de mis compañeros vio cómo jugaban a piedra, papel y tijera para elegir quién pegaba. Es un montaje del copón, y por eso estoy aquí, no por tirar piedras”.

No obstante, las primeras detenciones que la policía achaca a la convocatoria de En Pie tuvieron lugar días antes de la acción. Tres personas fueron detenidas en la noche del martes en el campus de Ciudad Univer­sitaria cuando, según explica su entorno en un comunicado, pegaban pegatinas en una oficina del Banco Santander. La policía les acusa de portar material inflamable, y la mayoría de los medios de comunicación reprodujo que se les había incautado cócteles molotov, extremo que han negado tanto desde su entorno como en su declaración ante el juez. Los detenidos, que han pasado a prisión provisional, han negado que su acción tuviera relación con la convocatoria de En Pie. La noche anterior a la protesta, cuatro personas fueron detenidas en el barrio de El Pilar, de Madrid. La policía dijo que se disponían a quemar una sucursal bancaria y que les había incautado material incendiario. Al día siguiente, el juez les dejó en libertad con cargos de tentativa de incendio.

A estas detenciones se les sumaron, en la mañana del jueves 25, nuevos arrestos en el campus de Somosaguas de la Complutense, donde había convocada otra jornada de lucha en educación bajo el lema “Toma tu Centro”. Eso no impidió que Delegación de Gobierno relacionara su protesta con la convocatoria de En Pie, para lo que contó con la colaboración del rector de la Complutense, José Carrillo. Once furgones policiales de la Unidad de Intervención Policial entraron en el recinto del campus, y persiguieron a los activistas dentro de las facultades. Once jóvenes fueron detenidos, aunque fueron puestos en libertad con cargos de coacción el día siguiente de su detención.