Los vecinos y vecinas del distrito
centro no se rinden ante la posibilidad
de perder espacios verdes y
cuotas de participación ciudadana.
Las vías de la protesta vecinal, administrativa
y judicial cobran una
fuerza incansable en la defensa de
los terrenos del entorno de la basílica
de San Francisco el Grande. El
convenio urbanístico firmado entre
el consistorio y el Arzobispado prevé
la construcción de una biblioteca
y una residencia para sacerdotes,
con sus plazas de aparcamiento, algunas
instalaciones dotacionales
para la población de Madrid y un
parque, todo ello en los terrenos de
‘la muy disputada cornisa’ y la zona
de las Vistillas, defendidas históricamente
por el vecindario como
espacios verdes y abiertos.

El último esfuerzo lanzado por la
Plataforma de Vecinos de las Vistillas-
Parque de la Cornisa consiste
en presentar el número suficiente
de firmas para acceder a plantear
sus reivindicaciones ante el Ayuntamiento
de Madrid en Audiencia
Pública. “El Ayuntamiento podría
recibirnos por propia iniciativa pero
no lo ha hecho”, afirman desde la
Plataforma de Vecinos. Explican
que como consecuencia se han decidido
seguir los procedimientos
regulados en el Reglamento de
Participación Ciudadana apoyados
por Izquierda Unida. Anteriormente
presentaron alegaciones al
proyecto avaladas por más de 4.000
firmas de residentes en el distrito y
aún no han recibido respuesta. Una
de las principales críticas se basa en
que el intercambio de terrenos entre
el equipo municipal y el Arzobispado
tiene por objeto una parcela
que en su momento fue cedida a
la Iglesia de forma gratuita por el
anterior alcalde de Madrid.

La agrupación ha dispuesto mesas
informativas para facilitar la
recogida de firmas y prevé continuar,
a partir de septiembre, con
actividades de divulgación y protestas
lúdicas en el propio espacio
que defiende. Entre tanto se articula
a través del sitio cipreses.net,
desde donde se puede proceder a
la firma electrónica de la petición.

Se continúa con una década de
protestas vecinales por la conservación
de un espacio típicamente
madrileño que ya inmortalizó
Goya en su momento y se hace patente
una vez más la oposición de
madrileños y madrileñas “a la entrada
de hormigón y excavadoras
en parques y jardines”.