La empleada pone fin a la huelga de hambre que ha mantenido durante seis días con su marido
Readmitida una trabajadora despedida tras denunciar un presunto fraude en cursos

Una trabajadora del hospital público vallisoletano Río Hortega recobra su empleo después de haber sido despedida por denunciar que la gerencia pagó por unos cursos que no se realizaron.

, Valladolid
16/05/14 · 12:36
La cocinera despedida ha mantenido la huelga de hambre junto con su marido durante seis días. / Gaspar Francés

Ana María Ricondo es una cocinera del hospital vallisoletano Río Hortega que desde el pasado sábado día 10 se puso en huelga de hambre en protesta por su despido. La trabajadora ha abandonado la huelga que mantenía junto con su marido al haber sido readmitida: se le ha ofrecido mantener su plaza en el hospital dependiente del Sacyl, el servicio de Salud de la Junta de Castilla y León, o si lo prefiere será trasladada en comisión de servicio a cualquier otro centro dependiente de la consejería de Sanidad.

El despido estuvo motivado por haber denunciado un caso de presunta corrupción relativo a cursos de formación para personal de hostelería del hospital pagados sin haber sido impartidos, en 2009 y 2010, a la empresa Flores Valles S.A, por un importe cercano a los 40.000 anuales, pagos que fueron autorizados por el hospital con la firma del director de gestión, Miguel Ángel Sánchez Asenjo, y del gerente, Eduardo Enrique García Prieto.

Los trabajadores de cocina del hospital se enteraron en 2011 de que habían sido inscritos en dichos cursos de formación sin saberlo y sin que en realidad los hubieran recibido, y cuatro de ellos lo denunciaron. Ante esta denuncia el hospital organizó precipitadamente y de forma improvisada unos cursos que, según los trabajadores, taparan los hechos y justificaran los pagos realizados los dos años precedentes.

Esta denuncia provocó que el propio gerente abriera expediente sancionador contra estos trabajadores acusándoles de incumplir partes de su trabajo como cortar pescado, una denuncia que según los trabajadores se basaba en un caso de negativa por triplicar el peso que la máquina tiene como tope de seguridad para la integridad física de quien la manipula. El expediente también reprochaba a estas trabajadoras tener mal carácter e incluso le atribuía a un empleado una falta cometida en un día en que no trabajaba. Pero la principal acusación era la de conminar a sus compañeros a que no realizaran los cursos ofertados en 2011. Las personas incluidas en el expediente han argumentado que se limitaron a pedir al resto de la plantilla que antes de firmar se aseguraran de que no se tratara de cursos tapadera como los no realizados en los años anteriores.

Ricondo llevaba cerca de 31 años en la cocina del hospital sin haber recibido nunca ni una amonestación. Sin embargo, a raíz de su denuncia por los cursos recibió tres sanciones de un mes y otras dos de dos meses, sanciones que comenzó a cumplir el 1 octubre de 2013 y que finalizaban el 30 de abril de 2014. Por ello el pasado día 1 de mayo acudió al hospital para incorporarse a su puesto de trabajo, pero el SACYL no permitió su reincorporación alegando que al haber tenido una sanción superior a 6 meses tenía que haber solicitado previamente esa reincorporación, y que al no hacerlo se considera “excedencia voluntaria”. Su abogado, José Alberto Blanco, ha manifestado a DIAGONAL que no solicitó a la reincorporación porque no recibió ninguna sanción superior a 6 meses ya que son cinco sanciones distintas y ninguna de ellas, considerada individualmente, supera dicho periodo, por lo que ha denunciado que se ha incurrido en un caso de indefensión, sancionada en varios artículos de la Constitución española.

Esta “excedencia voluntaria” es un despido implícito con el que queda sin poder cobrar paro y una situación familiar complicada: su marido está en paro y tampoco percibe prestación, una hija estudia y otro hijo tiene un trabajo de media jornada.

Ante todo ello Ana María y su marido Francisco Javier decidieron iniciar una huelga de hambre en la sede de la Federación de Asociaciones de Vecinos. Durante sus seis días de ayuno. solo agua, suero fisiológico y pastillas de vitaminas.

La Plataforma en la Defensa de la Sanidad Pública ha denunciado el caso como una clara represalia por denunciar la presunta corrupción de los cursos de formación. El consejero de Sanidad, Antonio María Sáez Aguado, lo ha negado y ha insistido en que la decisión obedece a un motivo administrativo por no solicitar la reincorporación.

El gerente y el director de gestión fueron imputados, pero el caso se archivó

A raíz de la denuncia de los trabajadores por el escándalo de los cursos pagados y no impartidos, los altos cargos denunciados (el gerente y el director de gestión), fueron llamados a declarar en condición de imputados, acusados de los presuntos delitos de cohecho, falsificación documental, usurpación de personalidad y apropiación indebida. Finalmente el caso quedó archivado.

El abogado José Alberto Blanco ha manifestado a DIAGONAL que “el Sacyl alegó que los cursos correspondientes al año 2009 se trataban de una formación continua en la cocina como consecuencia del cambio de ubicación del hospital, y el juez admitió la excusa, por lo que no aportaron los justificantes de pago de dichos cursos. Sin embargo los cursos del año 2010 están pagados en dicho año en base al correspondiente documento firmado por el director gerente y el director de gestión indicando que se habían realizado, pero después justificaron que se hicieron en el año 2011, aunque fue una pantomima, y el Juez archivó el asunto. Nosotros recurrimos dicho archivo ante la Audiencia Provincial, pero el recurso fue desestimado, por lo que el caso quedó definitivamente archivado. Inicialmente la fiscalía nos apoyó pero después le parecieron suficientes las alegaciones hechas por los imputados y estuvo conforme con el archivo”.

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