Manifestaciones, ocupaciones y asambleas vecinales en Gamonal
De las cenizas del bulevar florece la lucha vecinal

La oposición al bulevar extiende la movilización hacia otros problemas del barrio.

, Burgos
30/01/14 · 8:00
Edición impresa

Las cámaras de televisión se han ido, sus focos ya se han apagado y todavía resuena algún análisis desacertado del comentarista de turno, pero las vecinas y vecinos de Gamo­nal continúan con un proceso abierto y participativo de propuestas que mejoren su vida y la del barrio, buscando nuevos espacios de encuentro y lucha. El 17 de enero, a la misma hora que comenzaba una manifestación multitudinaria, el alcalde de Burgos realizó una rueda de prensa de urgencia en la que daba por fracasado el proyecto del bulevar de la calle Vitoria. Tras este triunfo, el movimiento vecinal no cesó, sino que volcó sus fuerzas en la construcción de soluciones para los problemas y las necesidades del barrio.

La asamblea de Gamonal no ha dado por cumplidas sus reivindicaciones iniciales: la retirada de cargos a los encausados y que los numerosos antidisturbios presentes en este barrio de Burgos se vayan de la ciudad. Como consecuencia de esto, el lunes 20 de enero se realizó una manifestación hasta la Subdelegación de Gobierno y el Ayuntamiento con el objetivo de que no se presenten cargos contra los detenidos. Al día siguiente, se ocuparon de forma pacífica varias sucursales bancarias para que no se personasen como acusación particular.

Una renovada lucha vecinal

La asamblea de Gamonal trata de encarar los problemas más visibles del barrio. Día a día, los vecinos se siguen reuniendo y han creado diferentes grupos de trabajo desde los que han surgido diferentes acciones, entre ellas, la reapropiación de espacios públicos. En concreto de la plaza San Bruno, situada en el centro del barrio, que sufre un largo proceso de especulación y olvido por parte de las autoridades municipales. En este lugar, se derribó un mercado de abastos. En la actualidad, es una explanada de gravilla totalmente abandonada. La asamblea debate cómo reinventar este espacio para que se convierta en un punto de encuentro y disfrute del barrio. El 26 de enero, los vecinos se citaron en esta plaza con una comida popular para repensar qué hacer con este espacio. La acción se realizó como conclusión a un entierro festivo de “la codicia, la ambición y la soberbia de Antonio Miguel Méndez Pozo y Francisco Javier Lacalle”, que recorrió la calle Vitoria hasta la “zona cero”, donde se colocó una lápida en memoria de los corruptos locales.

En este resurgir de acciones, el viernes 24 se convocó, de forma conjunta con otras localidades, una manifestación con el lema “barrios despiertos” que reivindicaba unos barrios unidos y autogestionados. Al término de esta protesta, se recuperó para Gamonal la antigua Aula de Cultura, propiedad del Ayuntamiento, pero cedida a la Fundación Caja Burgos, un inmueble que lleva años abandonado. La asamblea de Ga­mo­nal exigió su cesión en una reunión con la concejala de Participación Ciudadana. En el encuentro, la concejala no concretó nada. Como respuesta, el vecindario ocupó el espacio, creando un centro social autogestionado. Lo que sí que se consiguió gracias a la reunión con la concejala fue la aprobación de otra de las iniciativas: pintar, como un elemento de arte callejero, los contenedores quemados en días anteriores para su posterior reposición.

Méndez Pozo, conocido como el “jefe” entre los burgaleses, ha visto cómo muchos de sus manejos con el Ayuntamiento de la ciudad salían a la luzAdemás de este renacimiento del movimiento vecinal, la oposición al proyecto de bulevar ha servido para llamar la atención hacia dos figuras clave para entender todos los procesos especulativos recientes y pasados que ha sufrido la ciudad. Antonio Miguel Méndez Pozo, empresario condenado por el caso de la Cons­trucción de Burgos, y dueño de un entramado de 52 empresas dedicadas en su mayoría a los medios de comunicación y la construcción. Méndez Pozo, conocido como el “jefe” entre los burgaleses, ha visto cómo muchos de sus manejos con el Ayuntamiento de la ciudad salían a la luz en varios medios de ámbito nacional. El otro protagonista es el alcalde, Francisco Javier Lacalle, propietario de un ático de lujo construido por una empresa del citado empresario, que no está debidamente escriturado y no consta entre la declaración de bienes del alcalde. Agrava este hecho que los terrenos en los que se sitúa Residencial San Agustín, emplazamiento del citado ático, fueron recalificados cuando Lacalle era concejal de Urbanismo de la ciudad.
 

 

+A Agrandar texto
+A Disminuir texto
Licencia

comentarios

0

Tienda El Salto