El Peñacare divide a empresarios y consumidores mexicanos
México aplica un impuesto a Coca-Cola y otras bebidas refrescantes

“Los mexicanos son los mayores consumidores de refrescos en el mundo”: informe 2013 de la Organización Mundial de la Salud (OMS)

, Madrid
04/12/13 · 8:00

Aunque las recetas de Coca-Cola y demás refrescos se guardan con recelo para evitar la competencia, todas tienen algo en común y es que sus productos están hechos con un alto contenido calórico (una lata tiene un promedio 10 cucharadas de azúcar).  Por esta razón, en México cada litro de refresco costará un peso (0,06 euros) más caro a partir del 2014.

“Hay que dejar muy claro que estas medidas no van en contra de empresa o industria alguna. Son a favor de los más preciado que tenemos, la salud de nuestros niños y jóvenes”, aseguró el presidente Enrique Peña Nieto con respecto a este impuesto de refresco votado el 31 de octubre por el Senado mexicano. Según el Gobierno, la tasa fiscal deberá disuadir el consumo de bebidas azucaradas, hoy base de la dieta alimenticia en el país centroamericano.

En México se preguntan si esta medida será suficiente dada la magnitud del problema sanitario que existe, la falta de educación alimenticia y el fuerte poder de muchas empresas transnacionales.

El 'Peñacare'

El impuesto de refrescos forma parte del proyecto sanitario nacional del 2014. El Gobierno de Enrique Peña Nieto pondrá en marcha la Nueva Estrategia Nacional para la Prevención y el Control del Sobrepeso, la Obesidad y la Diabetes. No es equivalente al debatido “Obamacare” en Estados Unidos, pero sí es un intento para intervenir sobre el problema de salud más grave en México: la obesidad.

Siete de cada diez  mexicanos sufren hoy de esta condición, cifra que coloca a México a la cabeza en la lista de los países de la OCDE con mayor índice de obesidad. Además de ser el reflejo de un hábito mal sano de vida,  hace también sonar las alarmas por el aumento de casos atendidos de diabetes, enfermedades cardíacas y cáncer. El 'Peñacare' se presenta como una medida preventiva, ya que hoy la diabetes es la causa principal de fallecimientos en México. “De no hacer nada, para el 2050 la prevalencia de la obesidad será mayor a 24 millones de personas”, advierte la organización mexicana Alianza por la Salud Alimentaria .

Pero la mayor preocupación son los jóvenes, quienes están en riesgo desde la infancia al sufrir alto grado de obesidad. Causa de ello es que muchas escuelas se han convertido un auténticos paraísos de la comida chatarra. “Pudimos demostrar acuerdos de Coca Cola con directores de escuelas de Chiapas para que les permitieran la venta en exclusividad en los recintos escolares y les pagaban en botellas que ellos podían revender para su beneficio personal”, explica Alejandro Calvillo, director de Poder del Consumidor, organización que denuncia la falta de control de las autoridades frente a la expansión de las bebidas refrescantes, en el reportaje publicado por María Verza en el periódico digital Periodismo Humano

Los más refresqueros del mundo

El mercado de los refrescos en México es de los más importantes a nivel global, y entre otras razones, se debe a las relaciones de los políticos con las empresas. Es el caso de Vicente Fox, presidente de México en 2000 y antiguo director de Coca-Cola en América Latina. “Coca-Cola y el resto de compañías de refrescos han hecho lo que el Gobierno les ha dejado hacer”, denuncia Alejandro Calvillo.

En efecto, dentro de cualquier supermercado en México, el pasillo de las bebidas es un paraíso para los amantes de los refrescos. Desde las grandes metrópolis hasta los pueblos más recónditos, esa bebida y endulzada llega en grandes camiones. Los vendedores se aseguran de mantener siempre la nevera llena con latas o botellas de todos los sabores: toronja, limón, manzana, cola o naranja, y a precios que van de 0,70 centavos (0.04 céntimos de euro) a 30 pesos (1,13 euros). Ellos están seguros que se venderá todo.

En promedio, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada mexicano bebe 163 litros de refresco al año, lo que equivale a un poco menos de medio litro al día. Con este consumo, la OMS afirma que los mexicanos son los más “refresqueros” del mundo.

Tortillas y Coca-Cola

La dieta alimentaria en México, basada en tortillas, frijoles, chile y agua de frutas, fue totalmente alterada desde la entrada de grandes empresas transnacionales (especialmente la Coca-Cola) quienes tenían sistemas de distribución contra los que nadie podía competir. La tortilla, herencia de los tiempos prehispánicos, fue sustituida por maíz transgénico y pan. La tradicional agua de frutas también fue sustituida por el refresco “americano”. Así lo explica el documental: Creando conciencia: la obesidad en México, realizado por la Universidad Autónoma de México, explica que este “ambiente obesigénico comenzó a desarrollarse en los años '70 con la desintegración de las estructuras productivas tradicionales, principalmente la agricultura. La nueva política para el campo, en la que se priorizó el libre mercado y una economía de exportación, dejó prácticamente sin beneficios a la gran mayoría de la población rural”.

Y en efecto, las organizaciones civiles denuncian que la gran demanda de refresco se debe a la  distribución monopolizada de agua embotellada por las embotelladoras y a que el agua de grifo no cuenta con las condiciones sanitarias requeridas para ser ingerida. Frente a esta situación, el bajo nivel de ingresos de la población (50% vive en condición de pobreza) empuja a las familias a buscar los sustitutos más baratos: 13 pesos por un litro de Coca-Cola contra 15 pesos del litro de leche.

 “El impuesto es desproporcionado, inequitativo y discriminatorio”, las protestas no han tardado en hacerse escuchar. El Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo acusa que los fondos que recaudará el gobierno con el impuesto serán pagados por la gente de bajos recursos, es decir, quienes más consumen refrescos. Para este grupo, el impuesto marginaliza aún más la salud de los pobres.

Por su parte, el Consejo Coordinador Empresarial concluye que la medida no cambiará tanto las cifras de Coca-Cola, pero sí castigará fuertemente a las compañías de refrescos nacionales que utilizan pulpa de fruta y que podrían desaparecer al no lograr sostener su comercio, eliminando puestos de trabajo en todo el país.

Según los expertos, el alto índice de obesidad y enfermadades también se produce por la mezcla de hambruna y refresco: “Casi tres cuartas partes de las muertes causadas por las bebidas azucaradas están en los países de ingresos bajos y medios”, denuncia Dariush Mozorffarian, doctor de la Universidad de Harvard.

 
 

 

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comentarios

1

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    inteligibilidad
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    04/12/2013 - 5:05pm
    ¡Gracias por el artículo! Es una buena noticia, aunque no sea más que un minúsculo parche a los problemas de desnutrición, que solo se resolverán luchando contra el hambre y la pobreza. Recomiendo, sobre este tema, este buen artículo de Periodismo Humano: http://periodismohumano.com/sociedad/salud/la-coca-colizacion-de-mexico-la-chispa-de-la-obesidad.html
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