apoyo de la justicia internacional
Los indígenas que echaron a la petrolera CGC de sus tierras

La comunidad sarayaku celebra la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

, Quito (Ecuador)
11/11/13 · 9:00
Edición impresa

El ruido de un helicóptero alteró aquella mañana de noviembre de 2002 la calmada rutina del pueblo de Sarayaku. Unas personas con uniforme amarillo, escoltadas por el Ejército y agentes de seguridad privada bajaron del aparato. Venían a por petróleo. Pero los habitantes de aquellas tierras, situadas en el corazón de la Amazonía ecuatoriana, no se lo iban a poner fácil. Se organizaron de forma pacífica y vencieron. Los sarayakus, indígenas de origen kichwa, consiguieron echar a la petrolera argentina CGC de sus tierras. Y sentaron un precedente para todas las comunidades indígenas del país.

Derechos de los indígenas

El pasado mes de junio se cumplió un año del fallo de la Corte Intera­me­ricana de Derechos Huma­nos (CIDH). Hasta ella acudieron los sarayakus, tras agotar todas las garantías jurídicas nacionales. La sentencia acusa al Estado de Ecuador de violar los derechos a la consulta, a la propiedad comunal indígena y a la identidad cultural, por haber permitido que una empresa privada realizara actividades de explotación petrolera en su territorio “sin haberlos consultado previamente”, señalan. Y entre las medidas para resarcir el daño obliga al Estado a pedir perdón. Pero la comunidad indígena sigue esperando que el presidente, Rafael Correa, haga públicas sus disculpas. “Correa no quiere pedir perdón por orgullo. Sería bueno que lo hiciera, sentaría un precedente que cambiaría toda la historia de los gobiernos de Latinoamérica y de Ecuador en concreto”, cuenta a DIAGONAL Franklin Toala, dirigente y responsable de relaciones internacionales de la comunidad de Sarayaku. “Ahí es donde uno se da cuenta de qué tipo de política tiene el Gobierno. No le interesamos y nunca le vamos a interesar porque no estamos en su plan público. Las comunidades indígenas no somos importantes para los gobiernos. Estamos arriba del plan de desarrollo social de Correa. Lo que él necesita está debajo de nosotros, en el subsuelo, y es el petróleo”.

Así de rotundo se muestra Toala mientras enseña un mapa de los bloques petroleros que quedan por explotar en la Amazonía ecuatoriana y los que están en camino. “Con el petróleo, todos los gobiernos, de izquierdas y de derechas, han tenido las mismas políticas y éste está en esa línea. Se acaba de desayunar el Yasuní y después de esto empezará con otros pozos que están en el  sur-oriente de Ecuador que abarca cuatro millones de hectáreas en las que habitan siete nacionalidades distintas. Éste es el Gobierno que más ha impulsado la política petrolera, incluso más que los gobiernos de derechas”, expresa con una penetrante mirada de indignación.

Consulta vinculante

El encuentro de este medio con el  dirigente indígena se produce un día después de que la Asamblea Nacional de Ecuador aprobara por mayoría las nuevas concesiones petroleras en el Parque Nacional 
del Yasuní, ubicado también en la Amazonía. Una explotación autorizada, de nuevo, sin una consulta 
previa vinculante entre las comunidades
. “Aquí, en el Ecuador, las compañías petroleras han tenido toda la libertad para hacer política a su antojo. El Estado nunca les ha puesto freno”, afirma Toala mientras explica que, en el caso de Sarayaku se intentó crear un ejemplo que seguir, pero parece que no se ha logrado. “Antes de la sentencia de la CIDH, el Estado nos pidió que llegáramos a un acuerdo amistoso, pero nos negamos. Teníamos que sentar un precedente en el tema indígena. Queremos conseguir que las compañías petroleras cumplan ciertos requisitos antes de entrar en el Estado ecuatoriano. Necesitamos que la consulta, que está descrita en la legislación ecuatoriana, adquiriera carácter vinculante, que deje de ser meramente informativa”, relata el dirigente sarayaku.

La CIDH les dio la razón y concluyó que el Estado ecuatoriano debe consultar al pueblo de Sarayaku de forma “previa, adecuada, efectiva y de plena conformidad con los estándares internacionales” en el caso de que se pretenda realizar alguna actividad extractiva. Y añade además que Ecuador debe adoptar las medidas legislativas y administrativas “que sean necesarias para poner en marcha y hacer plenamente efectivo el derecho a la consulta previa de los pueblos y comunidades indígenas”. Sin embargo, pasado un año de la sentencia, “el Estado sigue sin aceptar que las consultas sean vinculantes”, advierte Toala. Antes de finalizar el encuentro, el dirigente indígena se esfuerza por mostrar que hay alternativas a la extracción de petróleo para generar riqueza en las comunidades y en ello están. 

“Estamos trabajando con otras siete nacionalidades diferentes una propuesta que se llama Kawsak Sacha, que quiere decir: ‘Selva viviente’. En ella proponemos una serie de reservas y zonas de protección con propuestas de desarrollo más amigables con el medio. Miramos al futuro, queremos tener selva para todos, no sólo para nosotros”, asegura. Con esta propuesta bajo el brazo, un grupo de mujeres marcharon a Quito el pasado 12 de octubre para ser atendidas por el presidente. Tras casi dos semanas en la capital, tuvieron que retornar sin ser recibidas. Correa no les abrió las puertas. Pero las comunidades indígenas siguen caminando.

Resistencia pacífica en la selva amazónica

La petrolera argentina CGC accedió en noviembre de 2002 al territorio de la comunidad de los sarayakus para llevar a cabo prospecciones sísmicas que incluían la colocación de más de 1.400 kg de explosivos de alto poder (pentolita). La comunidad de Sarayaku declaró el estado de emergencia y organizó seis campamentos de paz y vida en los linderos de su territorio. Unos 75 miembros de la comunidad se trasladaron río abajo donde estaba la petrolera, para instalar campamentos y obligar de forma pacífica a la empresa a cesar su tarea. El 6 de febrero de 2003 la empresa declaró un estado de “fuerza mayor” y suspendió las exploraciones sísmicas. “Somos una comunidad estructurada, por eso conseguimos echar a la petrolera”, dice orgulloso Franklin Toala.

Tags relacionados: Ecuador Extractivismo Número 209
+A Agrandar texto
+A Disminuir texto
Licencia

comentarios

2

  • |
    ernesto cannabis
    |
    12/11/2013 - 8:43pm
    Faltan al menos dos precisiones: 1. La otra medida para resarcir el daño era la cancelación de 1.3 millones de USD, que fueron cancelado por el Gobierno actual en julio pasado. Siendo éste artículo posterior a la cancelación, la periodista debió aclararlo. 2. Durante la agresión al pueblo Sarayacu, era presidente Lucio Gutiérrez, no Rafael Correa. ¿La disculpa debería entonces venir del aquel y no de éste? saludos
  • | |
    12/11/2013 - 12:08pm
    "Con el petróleo, todos los gobiernos, de izquierdas y de derechas, han tenido las mismas políticas y éste está en esa línea". Hay cuestiones en las que los extremos políticos tradicionales se tocan, y lamentablemente esta es una de ellas. ¿Cuándo llegará "la tercera vía"? Aquella en la que los pueblos tengan voz. Mientras se ningunee a las comunidades indígenas, y al pueblo común en cualquier país del mundo, seguiremos asistiendo a una política de despachos y corbatas ajena a la realidad, lleve esta la etiqueta de "derechista" o "izquierdista". Ya está bien.
  • Tienda El Salto