Cuatro formas de morir (en) Nunca Jamás

En las distintas versiones de Peter Pan, la muerte afecta a varios personajes de formas diversas. De estos relatos sobre los límites de la vida también se desprenden visiones elocuentes sobre la niñez y la juventud.

Jaime Cuenca

23/04/14 · 8:00
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1. “Morir será una gran aventura”. El grito exultante de Peter Pan en el momento de mayor peligro. Peter niega en todo momento su vulnerabilidad y se encierra en un presente extático donde cualquier cosa es susceptible de convertirse en una aventura: cazar osos o destripar piratas, pero también aburrirse sentado en un taburete o incluso morir. Ésta es la promesa inalcanzable de la fantasmagoría juvenil: una existencia invulnerable constituida por una sucesión de intensas vivencias cuyo disfrute es sólo cuestión de actitud (nada puede impedírtelo si te lo propones, y no necesitas a nadie para hacerlo).

2. “Viejo, solo y acabado”. Jason Isaacs ha sido la encarnación más juvenil del capitán Garfio (tenía 40 años cuando grabó Peter Pan, la gran aventura, en 2003); sin embargo, es el único Garfio que muere lamentándose de su vejez. Repetida por el coro de adolescentes que le acosa, la consigna acaba siendo asumida por el propio Garfio, como una asunción de su derrota. En la última gran versión comercial del relato, y en nuestra sociedad, juventud, atracción erótica y éxito vital van de la mano hasta el punto de que sus antónimos confluyen con toda naturalidad.

3. “Hay tantas. Supongo que habrá muerto”. Preguntado por Campanilla apenas un año después de sus aventuras, Peter Pan ya la ha olvidado y la sume en el anonimato de la multitud de hadas que mueren en cada momento sin que a nadie le importe. Los “pieles rojas” son otros personajes secundarios que desaparecen sin pena ni gloria, masacrados por los piratas. Campa­nilla estuvo a punto de morir por salvar a Peter y los pieles rojas dan su vida defendiendo el escondite subterráneo de los niños perdidos. Pero estos sacrificios no merecen el menor reconocimiento. No es casual que sean personajes que hablan incorrectamente inglés o no hablan en absoluto: representan a quienes no tienen voz ni derecho a ser reconocidos o recordados.

4. “Para entonces, estaba muerta y olvidada”. Así, en una línea, liquida el narrador a la señora Darling. En su papel de madre respetable, Parece que en la vida de Wendy y de su madre lo único que merece narrarse es su fascinación por Peter Pan apenas puede confesarse a sí misma la atracción que siente por Peter Pan, mezclada con un anhelo de libertad no formulado. Una vez que renuncia a sus fantasías irresponsables y pasa a su hija Wendy el testigo del deseo frustrado, el narrador no le presta mayor atención. Fuera de su fascinación por una figura de virilidad juvenil, nada parece haber en su vida digno de ser narrado. A Wendy, a su hija Jane y a su nieta Margaret parece esperarles el mismo destino...

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