SALUD MENTAL // RECLAMAN LA PRÁCTICA SANITARIA DE LA PSICOLOGÍA
Los psicólogos se rebelan

El pasado 25 de marzo unos 5.000 estudiantes de psicología salieron a la calle para reclamar el reconocimiento de esta disciplina como práctica
sanitaria y el derecho a la salud y el bienestar.

24/04/06 · 2:15
Texto de F.J. Eiroá Orosa, de la Asamblea de Psicología de la UAM y Víctor de la Vega Roicote, del Colectivo de Estudiantes de Psicología
 
CONTINUISMO. Los estudiantes de psicología no aprecian cambios en las políticas gubernamentales que les afectan.

El acto, convocado por el
Colectivo de Estudiantes de
Psicología (CEP-PIE), tuvo
el mérito de ser el primero
organizado íntegramente por el
alumnado. Desde el Ministerio de
Sanidad hasta Sol, pasando por el
Ministerio de Educación (ambas instituciones
responsables de este proceso),
se repitieron consignas en
contra del PP y el PSOE, formaciones
políticas que han demostrado indiferencia
y profundo desconocimiento
ante esta situación.

La reivindicación principal desde
los principales ámbitos afectados
(profesional, académico y estudiantil)
ha sido la inclusión de la psicología
en la Ley de Ordenación de
Profesiones Sanitarias (LOPS) desde
que ésta se aprobara en 2003, así
como una reforma del Real Decreto
de Centros Sanitarios y la inclusión
de la licenciatura en el Catálogo de
Títulos de Ciencias de la Salud. En
último término, estos son los obstáculos
que no permiten que los nuevos
psicólogos puedan ejercer ni siquiera
en ámbitos privados y que
tengan una presencia imperceptible
en la Sanidad Pública. Las soluciones
que se proponen desde el
Ministerio de Sanidad son de lo más
peregrinas. Por un lado, plantean
mantener una prueba de acceso a
una residencia (PIR) calcada de la
médica y controlada por psiquiatras
(que cuenta con 80 plazas anuales
para todo el Estado, por lo que es la
de mayor ratio con más de 2.000 solicitudes
presentadas). Por otro, existiría
un postgrado vía universitaria,
que estaría sujeto al tratado de
Bolonia y que ahora mismo no tiene
ninguna competencia sanitaria ni
presupuesto público.

La salud mental en entredicho

Los psicólogos no recetan fármacos,
y si los aconsejan es como apoyo a
una labor más profunda y permanente
evitando en lo posible la cronificación
de este consumo. Esto baja
los ingresos de las empresas farmacéuticas,
lobby empresarial más que
conocido. La sección de Psiquiatría
del Colegio de Médicos, que cuenta
en su plantilla con elementos de la
talla de Aquilino Polaino o el clan
López-Ibor (sucesores del ‘psiquiatra
oficial del franquismo’), parece
más interesado en mantener sus intereses
gremiales que en la mejora
del sistema de Salud Mental. Y en
otros campos, como el de la intervención
social, se antoja incómoda
la idea de que profesionales que
utilizan el debate y la participación
como armas contra la exclusión
puedan llegar a sustituir a los aparatos
de represión estatal.

El presidente de la Conferencia de
Decanos de Psicología, Jesús Gómez
Amor, lanza las siguientes preguntas:
“¿Acaso no tiene que ver con la
salud lo que hace un psicólogo familiar
cuando trata a un niño en un colegio?,
¿o el psicólogo de una empresa
cuando analiza un problema de
depresión o mobbing de un empleado?”.
Del mismo modo, desde el
Consejo General de Colegios
Oficiales de Psicólogos se ha reiterado
en múltiples ocasiones que “la ausencia
de un reconocimiento legal
de que los psicólogos realizan actividades
sanitarias va en contra de la
realidad y de las necesidades de los
ciudadanos”. ¿Cómo es posible que
el Ministerio no atienda a demandas
tan objetivas? Nunca mejor dicho...
¿nos estamos volviendo locos?
Según la Organización Mundial
de la Salud (OMS), “la salud es un
estado completo de bienestar físico,
mental y social, y no sólo la ausencia
de enfermedad o dolencia”.

De acuerdo con un informe de esta
organización, los problemas de salud
mental son la primera causa de
discapacidad, ya que representa el
27% del total. Otra cifra del mismo
informe apunta que entre un 20% y
un 25% de la sociedad padecerá un
trastorno mental a lo largo de su vida.
Como dato esperanzador queda
la aprobación en el pleno del
Senado, el pasado 7 de marzo, de
una moción en la que se señala que
la salud mental supone uno de los
graves problemas sanitarios de toda
sociedad desarrollada, con una
amplia repercusión no sólo sanitaria
sino también social.

La atención primaria del Sistema
Nacional de Salud en el Estado español
carece de cualquier tipo de apoyo
psicológico, teniendo que derivar
a los pacientes a las unidades de psiquiatría.
Si a las ya consabidas listas
de espera interminables se añade la
mencionada escasez de psicólogos,
la única vía alternativa es la privada.
Con la LOPS, ni eso.

Una sociedad que goce de una
buena salud mental es una sociedad
más libre y asertiva, y por lo tanto
tiene una mayor capacidad de movilización
y autoorganización. En una
sociedad en la que los ciudadanos
tengan la capacidad de resolver sus
problemas personales y grupales, el
papel de la superstición y la obediencia
queda en entredicho y, por tanto,
la autoridad de la clase política y de
la Iglesia pierde fuelle.

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