Movimientos
Interrogando la "crisis" desde miradas feministas
09
Ago
2013
00:24
Peligrosas redes de afinidades y afectos
Por Vidas precarias

Estos días de verano, en los que muchas hacemos visitas a la familia no elegida, a la elegida, nos vamos de vacaciones con unas y con otras, me apetecía hacer referencia a estas cuestiones de las redes de afinidad, las manadas, las familias... y pincelar por encima su relación con la precariedad y el sistema social en el que (sobre)vivimos.

Unas más, otras menos, aquí nadie se salva de su familia nuclear de origen, en la cual crecimos y nos sociabilizamos, unas más, otras menos, opresivamente, en medio de relaciónes de parejas heterosexuales, cual aguanta-velas (vaya rollo). Para colmo, esos vínculos establecidos mediante una relación unidireccional de cuidado tendremos que aguantarlos de por vida, o de alguna manera gestionarlos, sin poder casi cuestionarlos o rechazarlos. Allí donde “la sangre”, o en su caso la ley de un estado o de un dios “legítimo”, parecen ser el sostén indispensable de las relaciones duraderas y con más valor.

¿Pero cuántas veces ésto es real? ¿Cuántas veces nuestra familia no-elegida (por nombrarla de alguna forma) es a la vez nuestra red de afinidad y apoyo, dónde te sientes reconocida, cuidada, no juzgada, dónde puedes compartir tus dudas y reflexiones, dónde se comparten los códigos, los lenguajes... y en definitiva te sientes “en familia” (curiosa expresión)? Pues como bien sabemos, muy pocas veces es así... A pesar de que de una forma hipócrita muchos, sobretodo las instituciones sociales, lo sigan presuponiendo. O más bien, lo que hacen es seguir reproduciendo ese modelo de familia que le interesa. ¿Se imaginan una excedencia para cuidar a un amigo? ¿O un traslado para vivir más cerca de tus amigas? ¿O pedir una hipoteca entre 10 personas muy afines?

¿Pero a la vez me pregunto cuántas personas, o cuántas veces, nos sentimos en ese tan necesario “en familia”? A pesar de lo indispensable que es sentirse en una red de afinidad para vivir, para vivir bien, sobre todo emocionalmente bien.

Desde luego, no hay psicólogo o psiquiatra que te pueda construir una red de amigas, cuando son precisamente estas redes las que hacen que no nos volvamos locas en este mar de precariedad, sin dinero, sin curro o con curros de mierda, sin casi inteligencia emocional, sin aire limpio... Cuando una red de afinidad es lo que más necesitas para ser creativa, mantener el ánimo, pensar más allá de la simple supervivencia, confiar en ti y no entrar en una gran depresión.

El otro día pensé: el mundo debería cambiar la industria de los anti-depresivos por centros de aprendizaje y refuerzo de inteligencia emocional, donde te enseñaran a cuidar(te) y generar una buena red de amigxs y amantes, de familia elegida... pero claro, eso sería muy peligroso para el sistema, como bien re-cita Javier Saez:

Como decía Foucault, lo que molesta al poder no son las relaciones homosexuales, sino la amistad. Es decir, la posibilidad de crear redes de amigas, apoyos, afectos, solidaridades, difíciles de localizar, que escapa al control social y que van más allá del modelo individualista o liberal: “pareja-amor-matrimonio”. [1]

Redes que te sostienen si en algún momento te caes, no solo en un el plano más emocional, sino que posibilitan respuestas colectivas a episodios individuales que provienen de problemas estructurales. El significado vital y político que Itziar Ziga le da a “la manada”, que podemos asimilar a lo que venimos llamando red de afinidades y afectos, es más que inspirador:

La manada es el grupo de supervivencia, lucha y placer que se autoconstruye y muta mil veces para hacer posible las vidas de sus perras, permanentemente amenazadas, ninguneadas, oprimidas. Es la familia soñada y encarnada. Por haber sido socializada como mujer, soy colectivista. No sobrevivo fuera del grupo. Aunque la manada debe siempre funcionar de forma flexible sabiendo que cada una es cada una. Y esto a veces es difícil. [2]

Por lo tanto, seguro que ya es fácil concluir que es realmente contradictorio esperar de la familia nuclear - y todo lo que se le parezca - algo de esa red utópica de apoyo y afinidades, esa manada. Para empezar tiene una estructura cerrada e inmutable, está llena de jerarquías, hay división sexual del trabajo, el trabajo de cuidados está desvalorado, la inteligencia emocional no se cultiva, te juzgarán, no podrás cuestionar casi nada, es un grupo pequeño y ocultará muchas violencias internas... etc, etc... ¿Qué os voy a contar yo...?

Así que para terminar, desearos a todas un buen y feliz verano en compañía de la familia elegida, la manada, la mejor red de afectos y afinidades con la que podáis sentiros una misma, con la que podáis afrontar la precariedad cotidiana.
 

1 http://www.hartza.com/amorhetero.htm
2 http://www.culturamas.es/blog/2011/02/25/la-fuerza-imparable-de-la-manada-entrevista-con-itziar-ziga/

Martu

comentarios

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    maialen
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    Vie, 09/06/2013 - 08:44
    Hay una frase que me ronda por la cabeza hace años : LA FAMILIA ESA ENFERMEDAD DE TRANSMISION SEXUAL. La oí hace unos diez años y la mujer que la utilizó se refería a su familia sanguínea no elegida. Hoy, ahora la pienso en mayúsculas. Por cierto, yo tengo una familia estupenda y nos queremos un montón y además tengo la suerte de sentirme muy querida por mis amigxs elegidas a lo largo de la vida. No puedo decir lo mismo de muchas personas, familias, grupos, clanes, etc. que he conocido. Gracias por el artículo , feliz otoño y la rima fácil " dejad de tocarnos el coño...."
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    12150MPT
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    Vie, 08/16/2013 - 11:28
    Estupendo artículo, muy necesaria la reflexión sobre el modelo hegemónico de “familia”. Al mismo tiempo empiezo a echar de menos, en nuestras conversaciones sobre las familias, una mirada crítica a las relaciones “elegidas”. Aquella que no cae en la idealización de la amistad, que visibiliza el conflicto y las relaciones de poder propias de “una manada”. No olvidemos que Foucault también apuntó a aquellas formas de biopoder que se desarrollan de “la manera más natural” asegurando que quienes forman parte de un grupo no se desvían de cualesquiera sean las normas acordadas dentro del mismo.   Nuestras elecciones personales no están exentas de aquello de lo que íntimamente adolecemos, arrastramos y (muchas veces)  no queremos mirar. Aquello que inevitablemente nuestra “familia forzosa” nos devuelve cual espejo, aquello de lo que huimos y nos resulta más fácil evitar cuando empezamos nuevas relaciones. Éstas y otras reflexiones nos ayudarían a salir del dilema demonización - idealización cuando hablamos de las familias.
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    Koipesto
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    Jue, 08/15/2013 - 18:43
    ¿LA OTRA CARA DEL ANARQUISMO O CASUALIDAD?  Hablo en este párrafo de la soledad como la otra cara del anarquismo, no por serlo, sino como consecuencia de aun no haber sido superada la sociedad opuesta, la capitalista, dejando por supuesto otra alternativa explicación, y es que sea mera casualidad que uno pueda quedar solo o lo que es lo mismo, acompañado por quienes no elige. Pues sucede en ocasiones que uno no es capaz de encontrar ninguna manada en la que sentirse a gusto, bien porque esa manada no frecuenta ambientes que tu si frecuentarías, bien porque ninguno de sus componentes intima lo suficiente como para llamarlo amistad, bien porque sus conversaciones y las conversaciones que te gustaría tener son de dos mundos de diferencia, bien porque estas aislado en un territorio donde ampliamente la ideología hegemónica es opuesta a la tuya – sin exagerar - bien porque cuando la manada tiene vacaciones tu trabajas y cuando el trabajo te falta ellos se encuentran en la universidad, haciendo improbable coincidir en el estilo de vida incluso dentro del sistema, reduciendo las posibilidades de tener intereses parecidos o iguales que faciliten la creación de una relación… pueden suceder muchas cosas, como que uno este rodeado de personas y se sienta solo, querer socializar y verte incapacitado, querer ser uno mas manteniendo la personalidad y terminar solo y sin personalidad. Quizás sea culpa de esa persona que no pueda socializar, que no pueda tejer relaciones, propiciar amistades, quizás, pero resulta tan convincente aquella frase que citaba; “la compañía del ignorante o la soledad reinante de cuando te sales del rebaño” porque puede que el problema sea mucho mas que “la incapacidad propia” o “la personalidad” puede que la soledad sea fruto de algo tan sencillo, de que “muy pocas manadas podrán formarse entre tanta oveja” o eso creo yo. 
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    Paco
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    Mar, 08/13/2013 - 11:28
    Siempre mejor en manada...aunque sea la de la familia impuesta...que en mi caso (y de farra) son excepcionales' Tampoco vale ir a la manada como a los padres (viejos, como decía de cani) a llorarles, a dar problemas añadidos y vivir de ellos...reconoced que algunas veces somos inaguantables para nosotras mismas. Estupendo artículo...original visión. SALUD.
  • Vidas precarias

    Hoy, en medio de una de las tantas tormentas de la lluvia ácida del capital, mezclamos voces, deseos y miradas feministas para interrogar la realidad desde otros lugares que no sean el sujeto obrero-blanco-heterosexual-urbano que hace tiempo dejó de representarnos. Aquí nos encontramos amaia orozco, Haizea M. Alvarez, Martu Langstrumpf, Sara LF y Silvia L. Gil, partiendo de nuestros cotidianos para conversar entre nosotras y con otras en las fugas y resistencias que visibilizan conflictos y generan otras formas de vida.

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