Manic Pixie Dream Girl

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Películas, series, piezas sueltas encontradas en la red

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15 de Nov 2013
radaraudiovisual

¿Dónde y cómo la vi?

Me la descargue directamente de Youtube y la he visto dos veces, una solo en el ordenador y otra en un curso acompañado de alumnos de guión y dirección. Los dos visionados fueron distintos, siendo el segundo más socializado y disfrutón.

¿Cómo la puedo encontrar?

En la web de Little Secret Film.

En Vimeo.

Tipo de Licencia

Creative Commons Non Commercial Non Derivatives.

'Manic Pixie Dream Girl': Antropologías digitales oscuras

Manic Pixie Dream Girl es la primera de una colección de piezas englobadas dentro de la iniciativa #LittleSecretFilm, películas herederas de una cierta estética mumblecore, pero que han tenido derivaciones locas y maravillosa. Su método de producción y difusión es, citando sus palabras, un acto de amor al cine. Las películas se ruedan en 24 horas, sin guión dialogado sino a partir de una historia construida en colaboración, y se deja disponible en la red sin ninguna difusión publicitaria previa. El objetivo parece ser valorar las películas por sí mismas, sin los condicionantes del mercado y la publicidad. Todas las películas usan licencias Creative Commons.

Manic Pixie Dream Girl construye un ejercicio apasionante de ficción subjetiva el componerse prácticamente toda la película de planos fijos de distintos videoblogs interpretados todos por la misma actriz, Rocio León, que está simplemente inmensa en la conjunción de varios personajes con una matriz común (la relación de admiración con una cantante: Roma) y numerosos matices a partir de dicha matriz. Al punto de que la artificialidad de origen queda inmediatamente soportada con el mismo tipo de naturalidad con la que asumimos la cuarta pared del teatro.

Pablo Maqueda, director de la película, compone una historia que se asoma al lado oscuro y la pulsión de muerte de las utopías digitales y a la vez descompone en una multiplicidad de voces el arquetipo de la Manic Pixie Dream Girl. Lo más interesante de la película es un retrato de las relaciones de poder fluidas en la era digital y que tipo de pasiones atraviesan las experiencias digitales. También analiza muy bien cómo funciona el lado oscuro de dichas pasiones y un contexto post-mediático dónde la relación con la fama ya no es la mitomanía (es decir, la distancia) sino la interacción y la biopolítica (es decir, lo cercano). Las escalas de poder entre “lo oficial” y “lo amateur” expresadas a través de clubs de fans y simplemente fans. Y finalmente, como fantasma amenazante y destructor cuando se hacer material, la masa enfurecida que rompe precisamente esos código de interacción asaltándolos con una absoluta falta de empatía.

Es una pequeña pena que el relato pierda parte de esa potencia en su tramo final sucumbiendo a una lectura antitecnológica mucho más simplista que lo que hemos visto hasta ese momento, pero la mayor y mejor baza del proyecto es precisamente la de funcionar lejos de los códigos expresivos de esa masa enfurecida (quizás el único momento de masculinización de una película totalmente femenina) y señalarnos con afecto un fenómeno complejo, ambivalente, pero desde luego humano y material. Merece la pena verla para pensar la próxima vez que nos riamos de alguien solo porque entre nuestros cuerpos media una pantalla que nos hace creer que al otro lado no hay carne, que todo lo que vemos a través de ella es una ficción sin cuerpo o simplemente una mentira. O dicho de otra manera, que internet no es una televisión.

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Guillermo Zapata hace tiempo que no tiene tiempo para ir al cine o ver la tele, sin embargo sigue viendo películas y series. Un radar audiovisual para hablar de imágenes e historias sin orden ni concierto.