MINERÍA // LA MULTINACIONAL ASEGURA QUE ES LA MAYOR RESERVA DE PETRÓLEO Y GAS EXISTENTE
Repsol YPF amenaza con el ‘fracking’ una región argentina

Repsol-YPF ha anunciado que ha encontrado las mayores reservas halladas hasta ahora de petróleo y gas situadas en la Patagonia argentina. La
noticia ha sido recibida con preocupación entre las organizaciones ecologistas y sociales del país porque para la extracción se va a emplear la técnica
del ‘fracking’ (fractura hidráulica), que genera contaminación de tierras y acuíferos.
Texto de Diego Pérez Roig

, Buenos Aires (Argentina)
06/12/11 · 9:08
Edición impresa
Planta petrolera de Repsol en Neuquén, Argentina.

A principios de noviembre Repsol-
YPF anunció el que podría ser el mayor
“hallazgo” de petróleo y gas de
su historia. Según estimaciones de
la empresa, en los 428 kilómetros
cuadrados de Loma de la Lata
–Patagonia argentina–, habría recursos
de petróleo y gas, técnica y económicamente
explotables, equivalentes
a 927 millones de barriles de
petróleo. De acuerdo a diversos medios
de comunicación, en la zona ya
se encuentran trabajando 15 equipos
de perforación, y los pozos de
shale oil realizados alcanzan niveles
de extracción que rondan los 5.000
barriles por día. La explotación de
este yacimiento de petróleo y gas se
va a llevar a cabo con la técnica del
fracking, (fractura de roca por presión
hidráulica) que cuenta con importantes
denuncias por las consecuencias
ecológicas que genera.

El “descubrimiento” tiene vinculación
directa con el hecho de que
en diciembre de 2010 Repsol-YPF y
la presidenta Cristina Fernández
presentaron el hallazgo de 4,5 trillones
de pies cúbicos de gas no convencional,
y en líneas generales, con
un listado de rimbombantes anuncios
que se inscriben en un proceso
generalizado de expansión territorial
de la frontera hidrocarburífera.
Voces críticas han puntualizado el
hecho de que en Loma de la Lata –como
en otras áreas– se conoce desde
hace años la existencia de estructuras
geológicas con recursos no convencionales,
gracias a las inversiones
de riesgo hechas por la YPF estatal
durante décadas. Por lo tanto,
más que de un “descubrimiento”,
tendríamos que hablar de una recategorización
de reservas “posibles” a
“probadas”
, cuyo propósito sería revalorizar
a la compañía –en estos días
sus acciones subieron más de un
5%–, para una posterior venta.

Quienes conviven día a día con la
explotación, también se manifestaron
en este sentido. El 2 de noviembre,
Gabriel Cherquiwerken [portavoz]
de la comunidad mapuche
Kaxipayiñ–, declaró a la organización
argentina de defensa de los recursos
naturales, el Observatorio
Petrolero Sur
, que su comunidad no
cree que “el gas no convencional sea
de este momento, nosotros creemos
que siempre existió, que seamás caro
o más barato, son cuestiones del
comercio. Lo que sí entendemos claramente
es que esto es una cuestión
política. Las acciones de YPF habían
caído muchísimo y es necesario poder mantenerlas.(…)
Para esta gente
[Repsol YPF] esta reserva ya no significa
un negocio como estaban
acostumbrados, y para vender un
yacimiento es necesario levantar las
acciones, porque de lo contrario no
tiene sentido vender algo muy barato”,
asegura el líder mapuche.

Grave impacto ecológico

Es sumamente preocupante cómo se
ha solapado –o minimizado al ridículo–
la cuestión ecológica en cada uno
de los anuncios y consideraciones
privadas y oficiales, a pesar de los
cientos de denuncias por contaminación
de aire, suelo y agua hechas en
Estados Unidos, por el uso de estas
técnicas de perforación horizontal
y
fractura hidráulica (fracking en inglés)
que se utilizan para liberar el
hidrocarburo de las arenas y arcillas
compactas.

Como ocurre con otras
actividades extractivas, queda en
manos de las organizaciones populares
forzar el debate e impedir la agudización
de un régimen de producción
y consumo de energía social y
ambientalmente no sustentable.
En Argentina la hidrocarburodependencia
de la matriz o mix energético,
la frágil situación fiscal de las
provincias, la vigencia de un régimen
neoliberal de gestión y explotación
del recurso, y un contexto
mundial de crecientes necesidades
energéticas y agotamiento de sus
fuentes, pueden dar viabilidad a los
anuncios de Repsol-YPF.

La matriz energética del país es
sumamente dependiente del consumo
de petróleo, y sobre todo de gas,
que representa más del 50% de la
oferta interna de energía primaria
del país, más del doble del promedio
mundial. Esta peculiaridad, sumada
al pillaje y exportación de reservas
perpetrado en las últimas dos décadas
por multinacionales privadas
–entre las cuales se encuentra
Repsol– , y al crecimiento del
Producto Interior Bruto a tasas similares
a las China, ha derivado en crecientes
importaciones de combustible
que, según datos oficiales, se incrementaron
en prácticamente un
715%, pasando de 549 millones dólares
a 4.474 entre 2003 y 2010.

Con
esta situación, no es de extrañar las
declaraciones del secretario de
Energía de Argentina, quien a mediados
de octubre sostuvo que gracias
a la extracción de hidrocarburos no convencionales, el país “dejará de
importar energía en cortísimo plazo”.
Las élites políticas y económicas
provinciales también se han agarrado
a los hallazgos. Mientras que
a nivel mundial puede advertirse
una creciente injerencia de los
Estados nacionales en el sector con
el propósito de promover sus intereses
estratégicos y geopolíticos, en
Argentina las provincias –fuertemente
subordinadas a intereses privados–
son las principales interlocutoras
y rectoras de la política hidrocarburífera
nacional.

Gracias a los
anuncios de Repsol-YPF, aquellas
fuertemente dependientes de la actividad
como la provincia de
Neuquén, vieron desaparecer rápidamente
los fantasmas creados por
el constante descenso de extracción,
y parecen postergar la necesidad
de diversificar su matriz monoproductora.
Otras provincias que
no cuentan con explotaciones efectivas
en sus territorios, recibieron
un fuerte espaldarazo para sus planes
de promoción de la actividad.
Así, no sería raro que el Plan
Exploratorio 2010-2014, con el que
Repsol-YPF se propuso “barrer” 250
bloques en todo el país, nos depare
nuevos “descubrimientos” en los próximos meses.


¿QUÉ ES EL ‘FRACKING’?

La fractura hidráulica –conocida
en inglés como fracking– es una
técnica de estimulación de yacimientos
que consiste en el bombeo
de grandes cantidades de
agua, arena y compuestos químicos
a elevada presión, con el
propósito de producir microfracturas
en la roca almacenadora
de hidrocarburos; la técnica de
perforación horizontal permite
maximizar el área rocosa que,
una vez fracturada, entra en contacto
con el pozo, incrementando
la extracción en términos de
fluencia y volumen.

Hasta el
momento se desconoce el origen
de muchos de los químicos utilizados,
así como su destino final
una vez completadas las maniobras
de fractura: una cantidad
importante regresa a la superficie
–fenómeno de flowback– y debe
ser descartada siguiendo rigurosas
normas de seguridad; el resto
permanece bajo la superficie,
constituyendo una muy potencial
fuente de contaminación.

Tags relacionados: Número 162 Repsol YPF
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